El fantasma de Canterville

El fantasma de Canterville es una novela corta escrita por Oscar Wilde en 1887. Se trata de una parodia de los relatos de terror en la que un embajador estadounidense, Hiram B. Otis, se traslada con su familia a un castillo encantado en Inglaterra. Lord Canterville, dueño anterior del castillo, le advierte que el fantasma de Sir Simon de Canterville pulula por el castillo desde que este asesinó a su esposa Lady Eleonore de Canterville. Pero el Sr. Otis, estadounidense moderno y práctico, desoye sus advertencias. Así, la familia estadounidense de mister Hiram B. habita en la mansión, burlándose constantemente del fantasma debido su indiferencia ante los sucesos paranormales.

  .

¿Qué es una parodia?

Muchos teóricos indican que cuando los rapsodas cantaban los versos de la Ilíada y de la Odisea y percibían una falta de interés o aburrimiento del público oyente, incluían re­citados con los mismos versos, pero desviando su sentido y destinados a di­vertir al público. Si esta versión es cierta, explica satisfactoriamente el concepto de parodia: el mismo texto con una intención muy diferente; desviar un texto de su sentido, de su contexto

En la parodia, la risa surge de una constante confrontación entre ambos textos, el parodiado y el parodiante. También requiere una conciencia de gé­nero, ya que lo paródico se establece en relación con los rasgos esenciales de un género.

El ejemplo clásico de texto paródico es El ingenioso hidalgo don Quijote de la Man­cha, de Miguel de Cervantes, que es una parodia a las novelas de caballería.

Para que lo entiendas mejor, a continuación reproducimos un cuento de terror «auténtico»; compáralo con El fantasma de Canterville:

El crimen invisible de Catherine Crowe

En 1842 en el barrio de Marylebone, se derribó una casa a la que ya no acudía ningún huésped desde hacía ya muchos años, y cuyos propietarios no estaban dispuestos a gastar más dinero en reparaciones.

Sus últimos habitantes fueron el mayor W…, su esposa, sus tres hijos y su sirviente.

El mayor W…, que desempeñaba un digno cargo enla Intendencia, había insistido innumerables veces a sus superiores para que le permitieran cambiar de vivienda (el alquiler del inmueble estaba a cargo dela Intendencia). Como esta autorización demoraba, alegó para justificar su repetida insistencia que la casa estaba embrujada «del modo más desagradable».

Todas las noches, la puerta del salón se abría violentamente, se oía un ruido de pasos precipitados, una respiración ronca y luego dos o tres gritos horribles y la pesada caída de un cuerpo contra el piso.

A menudo encontraban los muebles volcados, sobre todo cuando estaban situados en el ángulo norte de la sala.

Luego se restablecía el silencio, pero alrededor de un cuarto de hora más tarde, se oía algo semejante a un pataleo, un sollozo y al fin un espantoso estertor.

El mayor W… acabó por prohibir a sus familiares la entrada a este salón. Incluso clausuró la puerta. Pero antes hizo constatar estos hechos por varios de sus compañeros del ejército. En efecto, el informe que presentó estaba firmado por el lugarteniente de Intendencia E…, el capitán S… y el comisario de víveres E…

Se procedió a una búsqueda de datos y muy pronto descubrieron una trágica historia.

En el año 1825, la casa estaba habitada por el corredor de joyas C… y su esposa. Esta última, mucho más joven que su marido, llevaba una vida desordenada y malgastaba enormes sumas de dinero.

Aunque el desgraciado C… le perdonó muchas veces sus caprichos, no parecía querer enmendarse; al contrario, su vida era progresivamente escandalosa.

C…, empujado por la amargura y los celos, se dio a la bebida.

Una noche volvió ebrio, decidido a acabar con sus desgracias.

Armado de un trinchete de zapatero, se abalanzó sobre su mujer, que huyó hacia el salón, pero C… la alcanzó y con un solo golpe de su arma, la decapitó. Permaneció largo rato mudo de horror ante su crimen, luego se colgó de la araña del techo.

Desde entonces ese horrible asesinato se reproducía cada noche, de una forma audible, pero jamás los espantados testigos vieron la más mínima aparición; sólo los ruidos fantasmales que se repetían con una perfecta exactitud.

La petición del mayor W… tuvo resultados favorables y, desde entonces, la casa permaneció desocupada hasta el día en que cayó bajo el pico de los demoledores.

                                .

El texto de El fantasma de Canterville:

             .

El  autor: Oscar Wilde.

Oscar Wilde murió en 1900 y apesar de ello tiene una web oficial, como la mayoría de los escritores actuales, titulada La página de Oscar Wilde; te recomendamos que  la visites; incluye los textos de algunas obras no muy extensas.

     .

Para finalizar:

Actividades interactivas para realizar después de la lectura.